miércoles, 20 de febrero de 2008

NATALICIO DE LAS AGUILAS (2). La Historia de un "Golpe de Estado"

En el año 67 d.C., Nerón, el último de los emperadores de la estirpe de Augusto se había hecho muy impopular debido a la gran cantidad de atropellos y arbitrariedades que había cometido en su gobierno y afectaban sobre todo a la clase nobiliaria romana.


El odio derivó en una serie de alzamientos contra el poder imperial, que inauguró el gobernador de la Galia: Caio Iulio Vindex, quien buscó la ayuda del gobernador de la provincia vecina, la Hispania Tarraconensis, Servio Sulpicio Galba.


Galba en un principio dudó porque sabía que el fracaso lo pagaría con su vida. Pero como ocurre en muchas ocasiones quienes le rodeaban le impulsaron a encabezar la rebelión. Al menos los historiadores romanos nos transmiten que fue "forzado" a aceptar, como muchos otros usurpadores, quizá para evitar una imagen de hombre ambicioso o falto de escrúpulos.


En abril del año 68 aceptó encabezar la rebelión, aunque no se atrevió a admitir el titulo de "emperador". Y al igual que Vindex buscó más apoyos, de modo que se le unieron los gobernadores de las provincias hispanas vecinas de Betica y Lusitania, cuyo gobernador, Otón, le acabaría sucediendo tiempo después en el trono imperial.





Moneda con el retrato de Galba


En cuanto a sus recursos propios, disponía de abundante oro, de las minas del noroeste que estaban bajo su administración, así como un pequeño ejército destinado para su explotación.


El ejército hispano de Galba se componía de unos 9.000 ó 8.000 hombres compuesto por la legio VI victrix, con campamento en León, dos alas de caballería y tres cohortes de infantería ligera.


Pero, al parecer, no todo el ejército se unió a Galba y se atrevió a romper su juramento de fidelidad a Nerón, o al menos eso se deduce del hecho que tuviera que ejecutar a algunos de los comandantes de sus unidades de caballería.

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